Marcha de las Playas
Jardines de Santa Clotilde
Santa Clotilde es un espacio para pasear y relajarte, lleno de naturaleza, aromas, colores y tranquilidad con unas vistas inmejorables sobre la Costa Brava y una vegetación esencialmente mediterránea con pinos, tilos, álamos, cipreses…
Sus vistas y arquitectura laberíntica con fuentes, estatuas y un lago le dan un aire romántico y mágico que hacen de este lugar un rincón inolvidable.
El marqués de Roviralta (Raúl Roviralta), un enamorado de los jardines románticos italianos de la época renacentista, decidió encargar la construcción de estos jardines para poder disfrutar de su uso personal, entrando así a formar parte del movimiento novecentista de Cataluña.
Pero mucho antes de que todo esto sucediera, Roviralta había conocido a Clotilde Rocamora, una joven de Barcelona que llegó a Lloret de Mar en 1917, cuando todo eran viñedos.
El marqués decidió comprarlas, convirtiéndose así en el propietario de siete viñedos.
Para cumplir su sueño y crear los jardines, contactó con Nicolau Rubió i Tudurí, arquitecto paisajista, para realizar el proyecto.
Los jardines comenzaron así a construirse en 1919, pero en 1927 Clotilde, todavía muy joven, murió sin haberlos podido ver acabados. Este suceso paralizó el proyecto hasta que, un tiempo más tarde, el marqués conoció a Odile, su segunda esposa, y dos años después se reanudaron las obras y se continuó con la construcción de los jardines.
La construcción no terminó hasta la finalización de la guerra civil española y llevan el nombre de Clotilde en honor a la primera esposa del marqués.
Los jardines pertenecieron a la familia Roviralta hasta que en 1997 el Ayuntamiento decidió adquirirlos, reformarlos y convertirlos en patrimonio municipal. En 1994 fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Cataluña.