El recorrido costero de unos 12 km de longitud que separa Lloret de Mar de Tossa de Mar es una montaña rusa que sube y baja acantilados. La excursión exige una buena forma física, ya que algunos tramos pasan por zonas asfaltadas y hay que prestar atención a las señalizaciones, pero tendrás ocasión de hacer parada en alguno de los numerosos rincones mágicos que irán apareciendo ante tus ojos en forma de pequeñas calas salvajes, como la de Porto Pi, la cala Figuera, la cala d’Allà on Raja l’Aigua y muchas otras. Todo esfuerzo suele tener una recompensa ¡y este lo tiene!

La llegada a la Playa des Codolar, bajo las murallas medievales de Tossa de Mar, es un premio más que merecido. La guinda de la excursión es un paseo con aires medievales por la Vila Vella de Tossa de Mar y, para rematar, una subida al faro.